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«Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes? Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días? Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno…»

Lucas 24:17-19a

Tercera Parte

Cuando leemos esta historia como espectadores podemos asumir una posición de resistencia y duda. ¿Por qué Jesús hace esa pregunta cómo si no hubiese sido él mismo el protagonista del Calvario? ¿Qué intención había en el corazón de aquel simple transeúnte que se había unido al camino de los dos hombres hacia Emaús?

Si bien es cierto, los hombres no tenían todavía conciencia de la identidad de Jesús, solo una vaga percepción de un caminante que les hacía preguntas incómodas y fuera de lugar. Lo que menos pensaban era que ese mismo hombre era el Salvador del mundo y quien se había convertido, sin lugar a dudas, en el hombre del momento.

En la vida ocurre muchas veces que asumimos esta misma posición. Quiero enfatizar algo importante sobre el descubrimiento del propósito de nuestro caminar en la vida. Entre menor consciencia de la identidad de Jesús más cuestionamientos hay sobre su amor y cuidado por nosotros.

En palabras más sencillas, cuando hay un conocimiento ligero de la persona de Jesús hay un arsenal más amplio de preguntas e interrogantes que nos hacemos sobre el amor que tiene por nosotros. He conocido muchas personas, que deciden voluntariamente abandonar el camino del Emaús, y sus pensamientos sobre un Dios que abandona y descuida a sus hijos incrementan imparablemente.

Lo que quiero decir es que estos dos hombres tuvieron un proceso de transformación interna que hoy en día es un pilar de la Inteligencia Emocional. Ese proceso se llama la auto consciencia, y es prestar atención al diálogo interno que mantenemos con nosotros mismos. El primer paso para cambiar nuestras vidas es desarrollar un sentido de auto consciencia y estar atentos a lo que sucede en nuestro estado interno.

Estos hombres estaban llenos de queja, dolor y decepción. El Jesús que había prometido resucitar no había aparecido de la manera que ellos esperaban. Lo que no sabían era que aquella conversación era el cumplimiento más profundo de la promesa de su resurrección.

Quiero hacer hincapié en la pregunta que está resaltada en negrita, ¿eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días? Después de que el Maestro de la Vida hiciera la pregunta de qué era lo que sucedía en aquel momento, los hombres responden a Jesús de forma brusca tratándolo como a una persona desinformada.

¿Cuántas veces nosotros hemos practicado ese mismo diálogo con Dios? Le tratamos exactamente cómo si fuera la última persona en enterarse de nuestras noticias, y lo que menos nos imaginamos es que el centro de nuestra historia de vida, como en aquel momento, sigue siendo Él. Quizás podamos lamentarnos en medio de nuestras situaciones, pero esta historia nos demuestra, que al final de cuentas Jesús es el protagonista principal de la portada de nuestra vida.

Jesús no preguntó por que no supiera la respuesta. Él la sabía e intencionalmente la había ido a buscar. Él preguntó para que los hombres pudieran expulsar sus pensamientos erróneos sobre la identidad de Jesús y así pudieran ser impregnados de una experiencia real, imborrable e inolvidable en el Emaús. Dejó de ser para ellos el Jesús de la leyenda judía y de los rumores que se escuchaban y pasó a ser el Caminante que les abrió el entendimiento sobre el rumbo de sus vidas.

Cierro diciendo que es sumamente importante tener diálogos internos positivos y sobre todo un diálogo con Dios sencillo, genuino y sin ningún tapujo, porque solamente así desarrollamos un sentido de auto consciencia mayor sobre lo que decimos, pensamos y hacemos. Dios nos pregunta no porque nos haya descuidado, Dios nos pregunta porque quiere sanar nuestra imagen de Él.

¿Cómo fue ese momento de transformación? Continuará…